*Este es el segundo artículo de una serie dedicada al desarrollo histórico del Castillo. El primero podemos verlo en este enlace.
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Imagen 1. En la fuente original data este plano de finales de siglo XVIII, pero la disposición del San Julián -abajo derecha- así como la representación de la batería General Ordóñez, aunque no nombrada, da lugar a serias dudas. En cualquier caso, la defensa de Cartagena en 1873 era muy similar a lo que vemos aquí. |
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Imagen 2. Frente de Sierra Gorda - Mar Menor. |
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Imagen 3. Vista actual del interior de la fortaleza. Su disposición debía ser esta o muy similar en 1873. |
La rebelión pronto fue doblegada, y pese a encontrarse en una marcha decidida hacia Madrid, las tropas del Cantón de Cartagena tuvieron que replegarse de sus posiciones en la provincia de Albacete debido a la caída de sus aliados. Muy pronto Cartagena se vió sitiada por tercera vez en lo que iba de siglo. Sabemos que en estos momentos, el San Julián -o el Carvajal- fue tomado en consideración por las tropas centralistas, ya que en estos años se podía ver como una potente posición abaluartada y artillada. Así, en la disposición de las baterías asediantes, la denominada Nº 3, situada cerca de una zona llamada Hacienda el Ferrol, y con un punto de observación avanzado en Roche Alto, se dispuso enterrada para poder defenderse del fuego desde nuestra fortaleza. Esto se realiza en lo comentado en posts anteriores, sobre la importancia de la colina para cualquier atacante de la ciudad, desde la que poder dirigir importantes ofensivas, así como control territorial y artillero.
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Imagen 4. Cortina Norte del San Julián. Esta zona de la fortaleza debió de ser la más activa junto con la Oriental. |
De esta manera, en los planes del ejército centralista siempre tuvo el San Julián un alto valor, ya fuera como objetivo de conquista, o como simple ataque de distracción como propuso el General Ceballos en octubre de 1873. Un plan que por cierto no pudo llevarse a cabo debido a la gran cantidad de soldados que requería. Esto no es más que una nueva muestra de la efectividad de la fortaleza. Efectividad demostrada también con el apoyo de sus cañones a los ataques de los federales en las afueras de la ciudad. El hecho más destacado de estos ataques fue el del 30 de noviembre, cuando la toma de zonas alrededor del San Julián fue apoyada por este y El Calvario, que actuaba de soporte del San Julián. Esto a su vez provocó el redoble de esfuerzos centralistas en el ataque y la intención de tomar la fortaleza.
Pese a los grandes esfuerzos de los defensores y los errores iniciales de los atacantes, era imposible que Cartagena resistiera el asedio por mucho más tiempo. A lo largo de diciembre, el ejército centralista tomó grandes esfuerzos en avanzar por el frente de Escombreras, poniendo en riesgo la posición del San Julián como en 1844, pero esta vez de forma más organizada: se construyó en la zona la batería sitiadora Nº 9, bajo las dificultades que les impuso el fuego de el "Carvajal" y el Calvario. La intención del ejército centralista durante un breve periodo de tiempo fue conquistar San Julián o Atalaya, convencidos de que así dominarían la ciudad y conseguirían una rápida rendición. Las guarniciones de los principales castillos de la ciudad izaron banderas negras en un día de diciembre que desconocemos, aceptando la futura derrota, pero mostrando su interés por resistir hasta el final.
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Imagen 6. Base para operar un cañón en la cortina Norte del San Julián. |
Dos días más tarde, bajo condiciones poco esclarecidas, se rindió el Castillo de la Atalaya, comprometiendo muy seriamente la defensa de Cartagena, la cuál se apoyaba directamente en estos castillos. Finalmente, el 12 de enero la ciudad se rindió y las tropas centralistas comenzaron su ocupación. El San Julián es ocupado un día más tarde.
Como anécdota, parece que en el momento de la ocupación centralista de la fortaleza, se encontraron misivas que solicitaban al gobierno de Estados Unidos de América la inclusión de Cartagena como un nuevo estado de la unión a cambio de protección militar. Estos supuestos originales se perdieron, por lo que probablemente nunca podremos saber a ciencia cierta si esto ocurrió realmente. Y como curiosidad, dicho sea de paso, en este enlace podemos ver una interesantísima ilustración francesa de 1874 sobre el asedio.
Este asedio fue la prueba, así como el "bautismo de fuego" de la fortaleza, que demostró sobradamente su capacidad y el acierto de su construcción. No solo no fue tomada, sino que resistió con gran efectividad los envites que el ejército centralista realizaba por casi cualquier dirección, y su fuego puso en peligro a cualquier centralista que se acercara a la zona. Por lo que hablan las fuentes primarias de aquellos años, parece además que la construcción sufrió pocos daños y bajas, seguramente debido a su gran altura respecto a las zonas de alrededor. Esto dificultaría mucho el alcance de la artillería enemiga, por eso la necesidad gubernamental de tomar El Calvario.
No podemos negar el importantísimo papel de este castillo y que sin duda justificó su construcción. Pérez Crespo comenta que tanto el San Julián como el Atalaya eran imposibles de conquistar siempre y cuando tuvieran una guarnición decidida a la defensa, debido a las condiciones geográficas de sus ubicaciones, así como de acceso. El asedio debería haber durado más para demostrar totalmente esta tesis, sin embargo es cierto que este frente -podríamos denominarlo frente exterior o de los castillos- no se derrumbó hasta la rendición unilateral de Atalaya, cuando el frente Norte de la ciudad ya se había derrumbado hasta el punto de que los barrios de Dolores y San Antón estaban en manos centralistas.
*Actualización: la siguiente entrada sobre la historia del San Julián hasta inicios del siglo XX podemos verla ya aquí.
No podemos negar el importantísimo papel de este castillo y que sin duda justificó su construcción. Pérez Crespo comenta que tanto el San Julián como el Atalaya eran imposibles de conquistar siempre y cuando tuvieran una guarnición decidida a la defensa, debido a las condiciones geográficas de sus ubicaciones, así como de acceso. El asedio debería haber durado más para demostrar totalmente esta tesis, sin embargo es cierto que este frente -podríamos denominarlo frente exterior o de los castillos- no se derrumbó hasta la rendición unilateral de Atalaya, cuando el frente Norte de la ciudad ya se había derrumbado hasta el punto de que los barrios de Dolores y San Antón estaban en manos centralistas.
*Actualización: la siguiente entrada sobre la historia del San Julián hasta inicios del siglo XX podemos verla ya aquí.
Fuentes:
- Guillermo Guimaraens Igual (2007). El último hálito de la fortificación abaluartada. El fuerte de San Julián de Cartagena. Universidad de Valencia.
- Iniesta Sanmartín, A & Martínez López, J. A (coords) (sin fecha) Estudio y catalogación de las defensas de Cartagena y su bahía. Servicio de patrimonio histórico. Págs 588-589.
- Ros McDonnell, D. R & Jiménez Meca M. J. González Avilés, A. B (ed) (2017) El castillo de San Julián de Cartagena. Defensive Architecture of the Mediterranean. XV to XVIII centuries. Vol VI. Págs 199-206.
- Pérez Crespo, A (1990) El cantón murciano. Academia Alfonso X el Sabio. Murcia. http://www.cervantesvirtual.com/obra/el-canton-murciano--0/
- Molina Molina, A. L (2008) Cartagena y su término: de la Edad Media al siglo XIX. Estudios sobre desarrollo regional.
Imágenes:
- La imagen 1 ha sido obtenida del libro Estudio y catalogación de las defensas de Cartagena y su bahía. Servicio de patrimonio histórico. Pag. 390.
- Imagen 7: Font i Vidal, J (sin fecha) Combate naval deCartagena (11 de octubre de 1873). Recuperada de: http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/consulta/registro.cmd?id=41160
*El resto de imágenes son de autoría propia y de uso libre.
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