sábado, 28 de diciembre de 2019

Estado de la Historiografía del San Julián

Hoy quiero exponer la bibliografía y webgrafía que he utilizado para la realización de los artículos que llevamos hasta ahora, así como otros que no he usado, pero podré usar. El motivo de este artículo, especial para mi, es mostrar la bibliografía sobre el tema, pero también para rendir homenaje a una labor de reivindicación de algo que es nuestro, como el patrimonio arqueológico, por parte de muchas personas. Patrimonio que aunque muchos piensen que es el Molinete, el Teatro Romano, y dos o tres cosas más, es muchísimo más que eso, debiendo cuidarse todo.

Como vengo diciendo, la información sobre el San Julián no es muy abundante, y al final, son pocas las personas especializadas en este castillo. Por lo tanto, la información más fiable y de más calidad, en mi opinión, reside en un grupúsculo de personas que por unos motivos u otros se han interesado especialmente por este castillo y nos han podido hacer algunas labores de recopilación de datos históricos y arqueológicos.

Entre estas personas y organizaciones merece especial mención Guillermo Guimaraens Igual, arquitecto valenciano a quien la realización de este blog me ha obligado nombrar en numerosas ocasiones. Su magnífico trabajo es una Tesis Doctoral en la que sinceramente espero que obtuviera el 10 y que se titula: El último hálito de la fortificación abaluartada. El fuerte de San Julián de Cartagena (2007). Posteriormente ha realizado artículos sobre la fortaleza como: La fortificación de Cartagena en el transcurso de la Guerra de la Independencia: la fortificación provisional de San Julián en la publicación Castillos de España, un año después. El mismo año también realizó El fuerte de San Julián dentro del planteamiento defensivo decimonónico de la plaza de Cartagena. 

Ángel Benigno González Avilés es otro arquitecto que ha estudiado el San Julián. Destacamos su constribución en la revista Defensive architecture of the Mediterranean. XV to XVIII centuries. El artículo se llama El castillo de San Julián en Cartagena (2017).

No nos podemos olvidar tampoco del gran trabajo histórico-arqueológico que se realiza sobre las defensas históricas de Cartagena por parte de la organización Amigos veteranos de los Castillos cartageneros, sus Fortalezas, Murallas, viejas Torres y Baterías -Aforca-. Su completa web nos recuerda como era internet hace 15 años, pero su información es trascendental para cualquier investigación sobre las defensas de costa cartageneras.

Aureliano Gómez Vizcaíno destacó dentro de la organización como su alcaide hasta su fallecimiento en 2015. Además de esta actuación, tuvo un papel destacado como investigador de las defensas de costa, así como un firme defensor de su puesta en valor. Su aporte a la información expuesta en la web de Aforca es decisiva, con una cantidad ingente de fotografías y estudios sobre gran parte de las defensas cartageneras. También tuvo un papel muy importante en el libro Estudio y Catalogación de las Defensas de Cartagena y su Bahía, en los índices referidos a la Edad Moderna y Contemporánea, escritos junto a  David Munuera Navarro. Un libro muy importante para cualquier persona que quiera estudiar el conjunto de la defensa o una fortificación o batería en particular. Ambos han escrito también La defensa de la base naval en época contemporánea. Otro libro base muy importante.

No nos podemos olvidar de entidades públicas como el Ayuntamiento de Cartagena. Su Concejalía de Turismo dispone de una discreta web con aún más discreta información sobre nuestro castillo. Sin embargo, como venía comentando en el apartado anterior, esto nos puede servir para las primeras tomas de contacto. Otras webs de relevancia para el estudio pueden ser Cartagenadeley.es También podemos ver blogs especializados en la temática como fortalezascartagena.ubaldons.com cuyos problemas son muy similares a los de la concejalía.

En todos ellos se hace necesaria mayor información por parte de estas fuentes, así como presencia de fuentes bibliográficas y/o webgráficas en las que apoyen sus argumentos. Por lo tanto no deberíamos tomarlas como fuentes principales, pero sí hay que tomarlas en consideración, pues en cierta manera presentan un testimonio oral pasado a escrito por los visitantes de la fortaleza.

En cuanto a la búsqueda de temas generales acontecidos en Cartagena, podemos ver autores de relevancia. El primero que podría nombrar, y no por casualidad, es el profesor Pedro María Egea Bruno. Su producción histórica sobre la ciudad de Cartagena es de un valor incalculable.  De él destaco una obra usada para este blog: Los motines cartageneros de febrero-marzo de 1844. Pero podríamos destacar muchos más.

Tenemos también otros valiosos autores como Ángel Luis Molina Molina, el cuál se ha centrado mayormente en la provincia en general, o la ciudad de Murcia. Pero su producción sobre Cartagena es igualmente importante. Hemos de mencionar también a José María Rubio Paredes, Ángel Iniesta Sanmartín  José Antonio Martínez López -arquitecto-.

En definitiva podemos decir que la información sobre el San Julián no es demasiado abundante, al menos comparando con temas de mayor interés. Sin embargo, la información tampoco es escasa. Hay que saber buscar, por todo lo comentado. Y por supuesto, como en cualquier trabajo, hay que tener paciencia. Cartagena como cualquier zona, está repleta de personas con gran sensibilidad por su patrimonio, y eso se hace ver en la literatura histórica y arqueológica.

miércoles, 25 de diciembre de 2019

Estado actual del castillo

Imagen 1. Patio interior del San Julián desde el pie de la torre circular.

Como ya hemos visto en otro artículo, el castillo de San Julián lleva en estado de semiabandono desde al menos los años 90 del siglo pasado, aunque probablemente esta circunstancia ya se diera a finales de los 80. Sabemos que el castillo está protegido en el marco de leyes municipales -Plan General Municipal de Ordenación de abril de 1987- y estatales -declarado Bien de Interés Cultural en 1997 en la categoría de Monumento, además de supuestamente estar ya bajo el amparo de la Ley 16/1985 de patrimonio-. 

En cualquier caso, son tres décadas sin intervenciones de envergadura sobre la construcción, lo cuál sumado a su posición en primera línea de playa, significa un importante deterioro. De todos modos, treinta años son pocos para ver en ruinas una fortificación como esta, pero en la visita que realizamos al San Julián en Noviembre ya pudimos comprobar su estado, lamentable en muchas zonas. 

Antes de entrar en la fortificación ya nos llamó la atención la enorme proliferación de plantas en su estructura -imágenes 1-5 y 10 y 11-. Si esto no se resuelve, a buen seguro será un problema grave en el largo plazo, pues las raíces serán cada vez más grandes y fuertes, pudiendo dañar severamente las zonas más débiles de la construcción.


Imagen 2. 
Imagen 3.


Imagen 4. 
Imagen 5. 
Imagen 6. 











Imagen 7. Uno de los muros de la construcción con un
acceso tapiado.

Imagen 8. Grieta de unos 20
cm aproximadamente.
Al entrar, lo primero que llama la atención en este sentido es el tapiado de las puertas, lo que nos hace entrever que el interior de las salas no es apto para visitas. Esto nos lo confirman las enormes grietas de casi todas las paredes, como podemos ver en la imagen 7. Sin embargo las grietas de esta imagen no son las más grandes, así pues, en la imagen 8 tenemos la muestra de una grieta de enormes proporciones, y que sin duda nos pone en estado de alarma sobre el futuro de este rincón de la fortaleza -noreste-. En la imagen 9 vemos como el muro que sostiene la zona de la grieta comentada también se está resquebrajando poco a poco. La situación de esta zona concreta ya fue denunciada por Aforca, información que se recoge en esta noticia


Imagen 9. Estado del muro de la zona Noreste, muy deteriorado.


Imagen 10. Pasillo entre la torre cilíndrica y el
baluarte Suroccidental.

Imagen 11. Estado de las bases de los
cañones.

Viendo las fotos que se han mostrado hasta ahora bien puede parecer el San Julián un bosque mediterráneo más que una fortaleza. El estado de abandono en este sentido es total, y si en el inicio de este artículo hablo de abandono casi completo, es por que su actual propietario, Telefónica, sólo ha invertido tiempo y dinero para levantar sus antenas en la construcción, ayudando en el proceso de ruina.

Imagen 12. Puerta de entrada Oeste. A su izquierda, una torre de antenas con sus cimientos construidos
después de destruir el suelo original del patio. También vemos el cableado, dirigido por una
guía taladrada a la pared.

Antenas que son ilegales, por cierto, dada la consideración de BIC que tiene la construcción. Pues la ley prohíbe obras que afecten o puedan afectar al estado del patrimonio. Por otro lado, atendiendo a esta consideración, creo que lo más adecuado es que el castillo fuese propiedad del Ayuntamiento de Cartagena, el cuál podría darle un mejor tratamiento o promover la conservación del lugar. Para información sobre leyes de patrimonio, recomiendo leer esta entrada del blog sobre la antigua Prisión Provincial de Murcia que escribe mi buen amigo Alejandro Matallana.

Sabemos que las antenas están denunciadas a la Consejería de Turismo y Cultura de la Comunidad Autónoma, como así se recoge en este blog. Lo que también sabemos es el poder que tiene Telefónica, como una de las compañías más grandes del mundo. Tristemente, dudo que esas antenas se retiren de allí hasta que a la empresa dejen de interesarles. Siendo más positivo, tenemos una victoria en esta lucha, reflejada en esta noticia de junio sobre el comienzo de la retirada de las antenas. Habrá que ver si este proceso continúa. Y por supuesto, hemos de recordar que no son propiedad de la compañía de telecomunicaciones todas las antenas instaladas, habiendo que pedir responsabilidades al resto de propietarios. 

No puedo dejar de comentar el estado del túnel de la entrada Este, reforzado con una serie de pilares para que no se derrumbe. Este es para mi el mayor ejemplo de lo que se pretende con San Julián: repararlo "chapuceramente" sin una intención real de conservación, sólo de utilidad -este paso es necesario para que el mantenimiento de las antenas pueda llevarse a cabo, probablemente sea ese el principal motivo para esta "reparación" del túnel-.

Imagen 13. Túnel de la entrada Este.

Lo que veo en general es una construcción que, con varias excepciones, se conserva bien, debido como ya hemos dicho, a su escaso tiempo abandonado. Los muros externos de la fortaleza así como el foso siguen manteniendo un estado de conservación decente. El problema es que ha iniciado un proceso que va a aumentar exponencialmente la decadencia y ruina de toda la construcción. 

Al salir de allí en la visita tengo la sensación de que en veinte años ya estará prohibida su visita como civil, debido al peligro que supondrá. Es una pena, dado que he podido comprobar como muchos cartageneros -o foráneos de la ciudad, como yo-, incluidos grupos de jóvenes que vi aquel día, suben y entran a admirarlo, hacer fotos y pasar el rato. Ese es el valor último de estas piezas arqueológicas: poder ser disfrutadas por todos. Un valor que, por desgracia, con este camino que sigue el San Julián, se va a perder.

Fuentes: 
Imágenes: todas son de autoría propia y de uso libre.


sábado, 21 de diciembre de 2019

Puesta en valor del patrimonio cartagenero: la Ruta de las fortalezas.

La ciudad de Cartagena, como toda plaza fuerte de la Edad Moderna y hasta mediados del siglo XX, ha mantenido una poderosa estructura de defensa basada en fortalezas, baluartes, artillería y una ocupación militar del territorio con toda la estructura que supone, así como ya en el siglo XX artillería antiaérea, reflectores de costa en el caso de las plazas costeras, puntos de observación avanzados, etc. Todo esto refleja una gran e importante época de la Historia, especialmente en Cartagena, cuyo repunte tras la crisis crónica que vivió la ciudad durante la Edad Media fue sobre todo gracias al militarismo de la ciudad a partir del siglo XVI, el cuál se reforzó en el XVII.

Imagen 1. Batería y cuartel de Fajardo. Aforca.
De hecho, el fin de ese militarismo fue el que produjo una nueva crisis en la ciudad, en torno a los años 80 y 90 con el Plan Norte. Se ha recuperado Cartagena en los últimos años gracias a su potenciación como objetivo turístico. Cualquier persona que pueda visitar regularmente la ciudad podrá ver de vez en cuando cruceros atracados en el puerto, y viajeros de toda la geografía nacional, e incluso de todo el mundo. Los principales reclamos turístico-históricos son los de la Edad Antigua, como el Teatro Romano o el Molinete, pero sabemos que la ciudad es muchísimo más que eso.

En la web de Turismo del Ayuntamiento de Cartagena podemos ver un listado de 16 baterías, 5 castillos, y 4 murallas. Un conjunto de 25 elementos pertenecientes a la defensa de la ciudad de Cartagena a lo largo de la Edad Moderna y la Edad Contemporánea hasta los años 80 y 90 del siglo pasado. Un registro material muy rico de la historia de la ciudad militar que fue Cartagena durante esos siglos. Como cualquier material arqueológico, me veo obligado a reivindicar su puesta en valor.

Imagen 2. Batería de Castillitos. Aforca.
El ayuntamiento, en el siglo XXI estuvo decidido, y lo está actualmente, a apoyar las intervenciones arqueológicas que tanto renombre y tantos turistas están trayendo a la ciudad. Aunque este firme apoyo no se de a las estructuras que reivindico aquí, es verdad que estos elementos no están olvidados del todo. Aunque la mayor parte de la estructura defensiva histórica corra un serio riesgo de caer en el olvido y en la ruina, no hay que olvidarse de iniciativas que ponen en valor y visibilizan estas construcciones.

Hablo en este caso de la Ruta de las Fortalezas. Este evento, realizado anualmente, es una carrera de 53 kilómetros que nos conducen por los distintos castillos y baterías de la defensa histórica. Se puede hacer corriendo o andando, disfrutando de la ruta familias y corredores solitarios. Además, todo esto lo organizan el Ayuntamiento de Cartagena y la Armada Española -precursora de la ruta-, dos entidades de las que es comprensible su sensibilidad por estas construcciones defensivas. La primera por defender todo patrimonio cartagenero, la segunda por defender todo patrimonio militar.

En este enlace podemos ver todos los detalles de la ruta, además de inscribirnos en ella, algo que es obligatorio, pues hay un límite de participantes: 3750. Por supuesto la ruta esta organizada de forma muy seria: hay un nutrido grupo de voluntarios encargados de que todo salga bien, un código ético medioambiental y unas normas a seguir, además de unos horarios.

Imagen 3. Recorrido de la Ruta de las Fortalezas en 2019.
Rutadelasfortalezas.es

Aunque el recorrido de 53 kilómetros es el más famoso, hay otras variantes de la ruta. Así, en este año 2019 hubo una ruta juvenil de 14 km que pasaba por el castillo Atalaya, otra ruta infantil de 2.7 kilómetros por el puerto y el castillo de Los Patos. Estas dos rutas se suman a la de 53 kilómetros que recorre las fortalezas y baterías más cercanas a la ciudad, incluido el castillo de San Julián. En 2015 existió una ruta de 113 kilómetros que ampliaba enormemente el rango de estructuras visitadas, pero se canceló debido a los problemas por quejas de deportistas y de asociaciones ecologistas, pues la ruta transitaba por zonas medioambientales protegidas.

La existencia de esta ruta me parece de lo más adecuado, pues conjuga el necesario deporte con la también necesaria puesta en valor de un registro material que considero, esta en riesgo peligro.

Fuentes: 

Imágenes:

miércoles, 18 de diciembre de 2019

Historias del San Julián: decadencia y abandono en el siglo XX.

*Este artículo es la cuarta parte de una serie de entregas sobre el desarrollo histórico de la fortaleza de San Julián. Recomiendo leer los tres primeros, cuyos enlaces dispongo a continuación: primera partesegunda parte y tercera parte.

Imagen 1. Foto hacia la fortaleza de San Julián desde la batería General Ordóñez. El terreno lleno
de árboles y vegetación, en un estado descuidado puede ser una buena metáfora de lo que vamos a ver.

Como veníamos comentando al final del último artículo, la fortaleza de San Julián sufrió una mutación en el primer tercio del siglo XX de baluarte defensivo de primera línea a una simple construcción de carácter de almacén y cuartel, además de prisión militar. Este proceso no fue rápido ni total, pues sus baterías seguían estando en activo. Este proceso no es más que parte del proceso general de reestructuración de las defensas cartageneras, que se centran más que nunca en la costa -cuya máxima prueba en el sentido de este blog es la construcción de la batería General Ordoñez, cuyos cañones podían apuntar y apuntaban tan sólo al mar. A priori este proceso le daría mayor importancia al San Julián, así como Galeras y Atalaya. Pero ya en el artículo anterior comentamos las piezas claves y últimas en la pérdida de importancia del San Julián, las mismas para los otros castillos.

Imagen 2. Flanco Oriental del alcance de la batería General Ordóñez.

Paulatina desaparición del San Julián en los planes militares:

La situación del castillo se convierte casi en despreciable para la organización de la defensa. Así, por ejemplo, en el Plan de Defensas de Costas de 1912 no figura ninguna actuación sobre esta construcción. En estos años el buque acorazado, con cañones de más de 300 mm, está llegando a su apogeo, poniendo en apuros cualquier defensa costera que no se adaptara rápido a la capacidad destructiva de estas fortalezas flotantes. Los cañones más poderosos de Cartagena en estos años tenían un alcance de 12 km y una velocidad de proyectil muy lenta, siendo ya ampliamente superados por una flota enemiga de vanguardia. Era de prioridad inmediata revertir esta situación.

Parece que lo alto del San Julián, especialmente la fortaleza, ya no servía para este tipo de guerra. Es muy posible que no se pensara en esta ubicación debido a que la batería General Ordóñez ya podía cumplir más o menos con este objetivo, aunque sus baterías de 200 mm no podrían detener a los buques más pesados. Sin embargo, podría prestar apoyo a la batalla colocando su fuego entre los cañones mayores. Pero la fortaleza no estaba preparada ni mucho menos para alojar en ella cañones tan grandes -por eso se construyó la batería anexa-. Y ya no merecía la pena gastar grandes cantidades de dinero en su remodelación.

Imagen 3. Plano de las defensas de Cartagena en el primer tercio del siglo XX. Aforca.

Durante estos años el servicio logístico de la fortaleza se hace notar en ejemplos como el alojamiento de tropas del 2º batallón del Regimiento de Infantería “España" en su regreso de Marruecos -inmerso en la Guerra del Rif- en 1922. Esto nos demuestra también la capacidad del castillo, pues en un batallón estamos hablando de cientos de hombres, posiblemente más de mil.

La posición del San Julián también fue obviada del Plan de Artillado de los Frentes Marítimos de 1926, que por otro lado no llegó a realizarse. También se obvió del denominado Despliegue Vickers de baterías antiaéreas que se llevó a cabo durante la dictadura de Primo de Rivera y la II República. Este despliegue se hizo en las modernas baterías de Jorel, Parajola, Aguilones y la Chapa, todas construidas en el siglo XX.

En los años 1930 era más que evidente el desfase del San Julián, especialmente con la construcción de las baterías de Cenizas y Castillitos, artilladas con poderosísimos cañones de 381 mm y un alcance de 35 kilómetros, de marca Vickers también. Estos cañones volvían a dar seguridad a la plaza de Cartagena ante posibles ataques de los más modernos acorazados de estos años. Las comparaciones con los cañones de 150 mm con los que se artilló originalmente nuestra fortaleza pueden ser odiosas.

Imagen 4. Despliegue Vickers de cañones en la década de 1930
y el alcance artillero de cada batería. Aforca.
Prisión militar:

Con todo esto, vemos que la función principal del San Julián no podía ser otra ya que la de prisión militar: una zona aislada, de complicado acceso y difícil escape, así como grandes zonas libres de otros usos.

Imagen 5. González Carrasco, sentado el tercero por la
izquierda. Limpia.centro.eu.com.
Durante la II República, nuestro castillo está catalogado oficialmente como prisión militar -Egea Bruno, 4-. El primer gran ejemplo de ello lo tenemos en enero de 1934, cuando algunos de los principales promotores del Golpe de Estado de Sanjurjo en 1932 llegan para cumplir condena dentro de los muros. Son amnistiados en abril del mismo año. En mayo entra a cumplir otra breve condena otro militar conspirador contra la república: Manuel González Carrasco, el cuál lideraría el intento de golpe de estado de julio de 1936 sin éxito en Valencia.

En octubre de 1934 se produjo la Huelga General Revolucionaria contra el gobierno radical-cedista. Este intento revolucionario fallido en todo el país produjo una severa represión, que llenó las cárceles. El San Julián se llenó de militares encarcelados, tras un breve espacio de tiempo en que los reos fueron reduciéndose en número. Llegaron a la fortificación presos de todo el país a partir de enero de 1935, militares como Juan Ricart March y policías como Gabriel Torrens Llombart -colaboró con la revolución en Asturias-.

En enero de 1936 algunos presos del San Julián se declararon en huelga de hambre para denunciar la causa de un aviador condenado a tres años en el castillo por motivos de “aberración moral”. El caso trasciende y agrupaciones socialistas de la ciudad llegan a presionar al alcalde para que tome cartas en el asunto. Este se limita al principio en intentar que los presos detengan la huelga de hambre. Ante la presión del alargamiento de esta situación, el alcalde acabó escribiendo al ministro de Justicia, que sumada a la presión popular, ordenó la aplicación de una amnistía. Sin embargo a finales de marzo aún hay noticias de reclamaciones de liberación de presos.

Últimos "servicios" militares:

Como curiosidad, y como prueba de la capacidad de avistamiento desde el San Julián, fue desde esta posición donde se avistó por primera vez la venida de la 206 brigada en la noche del 5 de marzo de 1939. Estos soldados llegaban para sofocar la rebelión de la ciudad contra la república y a favor de los alzados en el contexto de la Guerra Civil Española (1936-1939).

Imagen 6. Destructor Almirante Valdés, uno de los que
huyeron de Cartagena. Por Basilio.
También, en estos días de incertidumbre sobre el control de la ciudad, recibió la fortaleza la orden de disparar contra la flota republicana amarrada en el puerto si esta no marchaba -prefería el generalato republicano hundirla a que cayese en manos franquistas-. Esto nos muestra que aún estaba preparada la fortaleza para presentar batalla, aunque su armamento y pertrechos no estuviesen actualizados. Sin embargo, la intención última de los elementos franquistas en esta acción fue dejar a la República sin flota -esta huyó a Túnez, donde las fuerzas francesas la entregaron a Franco- para despojar a la ciudad de su principal defensa, que ya no eran los castillos.

Tras la Guerra Civil:

Tras la guerra, el San Julián continuó su papel como prisión militar. En los documentos de la época aparece como parte del Campo de Concentración de Cartagena, siendo uno de los 11 campos de concentración de la provincia. Se convirtió así en un baluarte de la represión franquista tras la caída de la ciudad en manos de los alzados contra la república.

En 1947, con la nueva denominación de C-6, el castillo de San Julián es apartado definitivamente de la defensa de costa. A partir de este momento es cuando realmente su única función es la de prisión militar. Su dirección recae en el Gobierno Militar de Cartagena. Sin embargo, no será desarmado hasta 1960.

Su historia desde entonces ha sido muy monótona, Guimaraens ha realizado un estupendo trabajo de sintetización por años de los acontecimientos del San Julián desde la Guerra Civil hasta casi la actualidad. Tenemos documentos de reparaciones de averías y de desperfectos causados por el paso del tiempo, informes sobre el estado de la construcción, estudios para probar las posibilidades del castillo como prisión para cierto tipo de prisioneros militares concretos, etc. Pero no existe ningún acontecimiento de relevancia durante la Dictadura Franquista (1939-1975) más allá de un proyecto no ejecutado de readecuación de la construcción por valor de 4.060.000 pesetas en 1968, así como la instalación de una antena de RNE y TVE en 1970.

Abandono definitivo:

Durante la Transición (1975-1982) podemos destacar hechos como las mejoras en instalación eléctrica, la demolición de una cocina exterior a la fortificación y el choque entre el Gobierno Militar -propietario del castillo- y Peñarroya, que realiza un amojonamiento dentro del recinto del foso del castillo.

Imagen 7. Tejero tomando como
rehenes a los diputados en el 23F.
Destaca el hecho de la condena a Antonio Tejero por el intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981. Esta fue de treinta años a cumplir en el castillo de San Julián. Sin embargo, el golpista nunca llegó a pisar esta construcción, pues se alegó su mal estado de conservación para seguir actuando de prisión militar. Tejero tuvo que cumplir condena en otra prisión.

En los años posteriores se denota un abandono mayor de las instalaciones. A finales de los años 80 sólo encontramos noticias como la de la instalación de un repetidor de VHF para la Policía Militar. También tenemos por estos años los proyectos de cimentación y levantamiento de las torres de antenas que podemos ver hoy día.

Imagen 8. Vistas del mar desde el San Julián, así como de muchas de sus antenas instaladas.

El golpe de gracia al ya semiabandonado San Julián fue el Plan Norte. Este reorganizaba todo el ejército a nivel nacional, suponiendo el fin del despliegue militar ocupando el territorio nacional, y su reagrupación en cuarteles. En Cartagena supone el fin de la Artillería de Costa y la disolución del Gobierno Militar de la ciudad y de las unidades militares desplegadas en Cartagena entre 1995-96. En última instancia, se produjo el abandono completo o casi completo de todas las instalaciones militares de la defensa costera, incluido el San Julián. En 1995 la propiedad del castillo pasaría del Ministerio de Defensa a Telefónica -actual propietaria-, debido al interés estratégico que tiene en telecomunicaciones. Hasta la actualidad no han existido acontecimientos de relevancia.

Fuentes:
  • Desconocido (2004) Baterías Vickers de 105/45 A. A. http://www.aforca.org/vikers_105_45f.htm
  • Desconocido (2004) Baterías Vickers de 38.1. Aforca. http://www.aforca.org/vikers_38_1f.htm
  • Desconocido (2004) Patrimonio. Arquitectura militar en Cartagena. Edad Comtemporánea. Siglo XX. Aforca. http://www.aforca.org/siglo_xx.htm
  • Egea Bruno, P M (2011) La amnistía de febrero de 1936 en Cartagena: verdad y versión. Aproximación a las claves de un proceso de mixtificación política. Espacio, tiempo y forma. Serie V, historia contemporánea. Págs: 221-242.
  • González, M (1993) El 'Plan Norte' del Ejercito suprime todas las capitanías y disuelve sus cinco divisiones. Artículo de prensa recuperado digitalmente en: https://elpais.com/diario/1993/03/05/espana/731286025_850215.html
  • Iniesta Sanmartín, A & Martínez López, J. A (coords) (sin fecha) Estudio y catalogación de las defensas de Cartagena y su bahía. Servicio de patrimonio histórico. Pág. 589.
  • Santaella Pascual, F (sin fecha) El artillado del frente marítimo de la base naval de Cartagena como consecuencia de los buques acorazados. Cartagena Histórica, cuaderno monográfico Nº 3.
Imágenes:

sábado, 14 de diciembre de 2019

¿Fortaleza o castillo?

Imagen 1. San Julián desde la ladera Norte. Núñez Sánchez.

Desde el comienzo de las andaduras de este blog ha sido objeto de seria duda por mi parte la denominación del San Julián como castillo. La respuesta podría ser sencilla: es una fortaleza, simplemente por sus características estéticas. Sin embargo, oficial e históricamente se le ha considerado como castillo. Ya hemos visto que incluso antes de construirse el definitivo San Julián en la segunda mitad del siglo XIX, se denominada a esta zona como “castillo de San Julián” lo que nos da aún más dudas sobre esta nomenclatura. Ahora que hemos visto su construcción y una parte importante de su historia creo que es el momento de intentar solucionar definitivamente esta duda. Para ello vamos a ver las definiciones de castillo y de fortaleza, para esclarecer un poco el tema:

¿Cuál es la denominación de “castillo”?

  • Según DefinicionABC ➨ Se conoce como castillo a un tipo de construcción de gran porte que se popularizó en la Edad Media y que perduraría en los períodos siguientes en Europa como muestra de poder y riqueza de los nobles que los construían. 

  • Según la RAE ➨ Lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones. 

  • Desde el Diccionario del Español Jurídico de la RAE se nos da una definición más completa ➨ Lugar fuerte, cercado de murallas, baluartes, fosos y otras fortificaciones que por su valor pintoresco, histórico o literario, aun cuando este en estado de ruina, queda bajo la protección del Estado para impedir toda intervención que altere su carácter o pueda provocar su derrumbamiento. 


Imagen 2. Castillo de Coca en Segovia. Balsas García.


¿Y la definición de fortaleza?

  • Según DefinicionABC ➨ En el ámbito de la arquitectura, una fortaleza es aquel recinto fortificado, especialmente construido para soportar invasiones y ataques del exterior. […] Por tanto, la importancia que han ostentado ha sido muchísima, ya que muchas veces de ellas dependía que una comarca o una nación no cayesen en manos de otra. […] En tanto, la construcción de estas fortalezas tenía como misión resguardar ciertos lugares de relevancia y asimismo proteger en su interior a las autoridades .
  • Según la RAE ➨ Recinto fortificado, como un castillo, una ciudadela, etc.

  • En el Diccionario de Español Jurídico no existe definición para Fortaleza.


Desde todas estas definiciones entendemos que los castillos, como los entendemos en nuestra imaginación, fueron una construcción perteneciente históricamente a la Edad Media, y que sirve como símbolo de poder de una élite dominante. Esto no impide que se construyan fuera de ese periodo, ni que no se hayan podido conservar posteriormente. A su vez, el castillo actúa como un “lugar fuerte” según la RAE, estando cercado por murallas y delimitado por un foso. Además, en la actualidad queda protegido de una forma u otra por el Estado debido a su valor cultural.

Por otro lado, entendemos como Fortaleza un recinto fortificado, construido con el fin único de defender un territorio desde un punto beneficioso para el defensor. Por lo tanto, su caída representa un duro golpe a la defensa de la plaza fuerte o territorio encontrado bajo ofensiva enemiga. La fortaleza además es un tipo de construcción que se mantiene durante todas las épocas, pudiendo decir que sólo en el momento actual están en decadencia.

Imagen 3. Fortaleza de Santa Teresa en Uruguay, construida por la
Corona Española en la segunda mitad del siglo XVIII. Kleidas.

Y el San Julián ¿Cómo lo podemos definir?

Esta construcción es sin duda un recinto fortificado, delimitado con un foso protector. Fue construida para garantizar la defensa del flanco Oriental de la Bahía de Cartagena, así como la propia entrada a esta. Tarea para la cual disponía de cañones apuntando en todas direcciones. Dispone esta construcción de cinco baluartes de estilos arquitectónicos distintos, unidos entre ellos por cortinas. Estas en su interior albergan salas para la estancia y provecho de soldados y todo el personal militar o civil que por los motivos que fueren, se encontraran dentro de sus muros.

Se encuentra en una zona estratégica por el control territorial y las dificultades que el terreno impone a un posible invasor de la ciudad. Su construcción, iniciada en la década de 1860, se llevó a cabo por el Gobierno de España, motivado por el Gobierno Militar de Cartagena a través del Informe Medina de 1860 que recogía testimonios e investigaciones de diversos ingenieros militares.

Imagen 4. Interior del San Julián.

De esta forma vemos que el San Julián cumple con requisitos de las dos opciones, aunque es cierto que cumple con todos los requisitos de una fortaleza, pero no de un castillo: no está construido por una élite privada ni es un símbolo de ostentación del poder. Sin embargo, es esclarecedora la definición de Fortaleza por la RAE: esta puede ser un castillo, un castillo actuando como fortaleza defensiva. Esta definición abre una escala de grises entre ambas, pudiendo considerar un castillo al uso como una fortaleza también.

Sin embargo, atendiendo a la información arrojada en estas líneas, creo más conveniente denominar fortaleza al San Julián, debido a lo comentado: es una definición más ajustada a lo que es el San Julián. Seguiré denominándolo castillo en el blog, pues es su denominación oficial, pero mantendré la doble nomenclatura castillo/fortaleza que hasta ahora he usado en todos los artículos para referirme a la construcción.

Fuentes: 

*Las fuentes realizadas para la consulta de definiciones están a modo de enlace antes de cada una de ellas.

Imágenes: 


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