sábado, 16 de noviembre de 2019

Perspectivas de la fortaleza de San Julián: visita a sus apoyos costeros.


Margen suroccidental del monte de San Julián, desde Cala Cortina.

El domingo 10 de Noviembre me dispuse a visitar la fortaleza de San Julián por la mañana. El plan era llegar en coche a la playa de Cala Cortina, y desde ahí subir por el camino que conecta San Julián con las baterías de costa situadas fuera de la bocana del puerto, y desde las cuales se ve Escombreras. Me acompañó mi padre, cartagenero y amante del senderismo, de la Historia, y especialmente de la historia militar. Él decidió subir por ese camino, el más largo de los tres que conectan con la fortaleza , a las 11 de la mañana, y con alerta amarilla por fuertes vientos. Tras una breve discusión le hago entender que es mejor subir al San Julián en otro momento con una atmósfera más calmada, así que decidimos visitar la zona de costa.

Vistas desde el acceso costero a San Julián y Trincabotijas.

Entiendo que este blog habla de la fortaleza, pero creo que también es importante visitar y estudiar los sistemas defensivos a los que debía dar apoyo. Los sistemas de los que ya sabemos que los ingenieros militares de finales del siglo XVIII y el XIX veían como insuficientes, ante la inexistencia de una fortaleza vertebradora de la defensa del margen oriental de la bocana.

Las baterías visitadas fueron las de Trincabotijas Baja y Alta, de una forma muy limitada, pues el peligro de desprendimientos hizo que el Ministerio de Defensa -propietario de la zona- prohibiera el paso en muchos puntos.

Cruce de caminos entre San Julián y Trincabotijas Baja, donde se nos prohíbe acceder al último.

Trincabotijas Baja tiene sus orígenes como emplazamiento defensivo en el siglo XVII, debido a su posición privilegiada para avistar y encañonar flotas enemigas. Su altura respecto al nivel del mar -50/55 metros- es idónea también para plantear un sistema defensivo en estos años, pues la capacidad artillera de los años del Siglo de Oro da una ventaja a los disparos en altura. Esta batería tiene así la altura perfecta para conjugar visión de altura y no demasiada lejanía de los potenciales objetivos a batir, dificultando el cañoneo a esta desde buques enemigos. La batería sería reformada en la segunda mitad del siglo XVIII y nuevamente en la década de 1860, quedando en el aspecto casi similar que tiene actualmente. 

Trasamundo (2010) Batería de Trincabotijas Alta. Recuperado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:CT_Bateria_de_Trincabotijas_Alta.JPG

Por su parte, Trincabotijas Alta fue construida posteriormente. Esta batería tiene aparentemente una estructura más sencilla, como una hilada de cañones -que evidentemente nos tenemos que imaginar- en el pequeño plano que hay en lo alto del monte de estas baterías. Este emplazamiento no sigue más que el recorrido histórico de la defensa de una plaza fuerte como Cartagena, instalando defensas cada vez a mayor altura, según las necesidades y el avance de la tecnología militar. También parece obedecer a una cierta necesidad de disposición de las baterías, pues Trincabotijas Baja está en mejor posición para defender directamente la entrada del puerto, mientras esta parece orientarse en cierta manera hacia Escombreras. 

Vista del monte San Julián desde Trincabotijas Alta. 

Además de esta foto, en este enlace podemos disfrutar de una panorámica realizada desde la misma ubicación, que nos ayuda a poner en perspectiva la importancia estratégica del San Julián, que vemos que domina todo el territorio a su alrededor. 

Ambas baterías eran suministradas por un amplio polvorín situado a media altura en el mismo monte donde se encuentran. Una pequeña red de túneles con vías los conectaba. Nuevamente no es posible la visita al polvorín debido a su estado de conservación, así que debemos hacernos un esquema mental para entender el funcionamiento de todo este sistema.


Elaboración propia.

Estas baterías representan la idea de dominio territorial, que posteriormente se ratificaría con la construcción definitiva de nuestra fortaleza. Es evidente que esta zona, sin un punto de apoyo lo suficientemente fuerte, se convirtió en vulnerable ante ataques enemigos ya en el siglo XVIII y especialmente, en el XIX. La fortaleza de San Julián les permitiría un suministro de soldados y víveres en caso de ser necesarios, así como un fuerte respaldo de retaguardia ante un ataque frontal. A su vez, nuestra fortaleza no sería lo que fue sin esa red de baterías costeras a sus pies, que representaban la primera y más poderosa línea de defensa de la ciudad.

*Actualización: Mi compañera María Jover ha realizado una infografía interesante sobre las baterías de costa que podemos ver aquí.

*Recomiendo a todo aquel que se anime a visitar estas instalaciones que lo haga con mucha precaución. Especialmente recomiendo que se respeten las prohibiciones de paso, pues muchos puntos están en un estado de ruina muy avanzado.

*Las imágenes no citadas son producidas por mí y de uso libre. Pido disculpas por su mejorable calidad: no pude llevar la cámara de fotos a la visita y tuve que hacerlas con el móvil. Creo que pese a este impedimento, merecen la pena.

Fuentes:




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