Ya hemos hablado en los anteriores artículos sobre las funciones del castillo, pero ahora nos vamos a centrar en analizar detenidamente estas cuestiones. Vamos en este artículo a analizar los porqués y los objetivos de estas funciones militares. Vamos a hacernos una pregunta antes de seguir leyendo: ¿El castillo de San Julián fue realmente útil? Vamos a intentar responder lo más acertadamente posible, usando principalmente los datos que hemos visto hasta ahora.
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Elaboración propia. |
Vamos a desarrollar las funciones comentadas en la imagen:
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Imagen 1. Rubén Sánchez (2013) Castillo De San Julián Cartagena Murcia. |
En cuanto al control territorial, sabemos que el castillo se sitúa en el monte más alto del margen oriental de la bocana, y uno de los más altos de Cartagena. No sólo eso, sino que los montes de su alrededor son mucho más bajos. Esto le da a nuestra fortaleza una capacidad de control territorial y de avistamiento única en este sector de la defensa, como podemos ver en la imagen.
Esta condición, como sabemos, fue aprovechada siglos atrás de la construcción de la fortaleza, con un puesto de vigía del que no sabemos el momento de su establecimiento. Con señales de humo se avisaba a la ciudad de la llegada de tropas enemigas, que podían ser avistadas en toda la bahía de Escombreras, así como la bocana e incluso la zona occidental de la bocana y el mar abierto -función que compartía con el castillo de Galeras-, pero además el dominio visual sobre el Campo de Cartagena y Escombreras es absoluto. La construcción de la fortaleza podría reforzar las funciones de vigía, al permitir un mayor número de soldados instalados en la ubicación y unas mejores instalaciones para la tarea.
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Imagen 2. Murcianboy (2007) Castillo de San Julián, Cartagena (España) |
En cuanto a la necesidad de evitar el aprovechamiento enemigo del monte, esto fue uno de los puntos principales en la defensa por parte de los ingenieros militares de finales del siglo XVIII y principios del XIX para la construcción de la fortaleza. Hasta el levantamiento de la plaza fuerte, un ataque enemigo que rompiera las defensas costeras tendría relativamente fácil la conquista del monte. Sin embargo, esta visión estratégica no se dio hasta el siglo XVIII, debido a las tácticas militares acontecidas en los siglos precedentes, y el estado del avance en armamento.
No es descabellado pensar que hasta el siglo XVIII ningún enemigo podría pensar en un ataque a Cartagena comenzando por un desembarco en la costa oriental. Hasta inicios de este siglo la defensa de la ciudad se hallaba en precarias condiciones, denunciadas por los ingenieros militares y la propia localidad de Cartagena. Los turcos demostraron la facilidad de llegar a las puertas de la ciudad en su desembarco del día de Santa Mónica en 1561 a través de la Algameca -buscando el arrabal-. De ataques como estos se aprendió, reforzando la defensa de la zona, aunque por ejemplo, el Castillo de Galeras no se construiría hasta 200 años después.
Esta situación cambió con el desarrollo defensivo del margen occidental en el siglo XVIII. A buen seguro esto sería una motivación para defensores y atacantes. Los primeros por poder, ahora, destinar más recursos a esta zona menos protegida, los segundos por buscar puntos débiles en la defensa de la plaza. La solución que se dió fue la construcción de baterías como la de Santa Ana Acasamatada -esta primero como fortín- en la costa oriental de la bocana, una zona de fácil desembarco.
Con el avance militar, décadas después se empezó a pensar en la posibilidad de ver rebasadas estas defensas en caso de un ataque contundente. Entonces se empezó a proponer la construcción de nuestro castillo. El Plan O'Donell de 1860 contemplaba la facilidad con la que un enemigo podría tomar la posición sin el castillo. En este caso podrían ser utilizadas contra la ciudad algunas de las baterías de costa, así como la propia cima. Pero con una fortificación sólida en la altura se podría retener y frustrar los planes enemigos.
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Imagen 3. Rubén Sánchez (2013) Castillo de San Julián Cartagena. |
Una fortaleza capaz de dar cabida a cientos de soldados permitiría la existencia de un punto avanzado en la defensa, con la capacidad suficiente como para lidiar con cualquier ataque enemigo que pudiera darse en margen oriental de la ciudad. Así mismo sería capaz de defenderse de un asalto enemigo, pudiendo destinar soldados tanto al combate "cuerpo a cuerpo" como al uso de los cañones.
Atendiendo a la estrategia militar, es de primer orden el establecimiento de un puesto con esta capacidad de infantería. Algo básico en la defensa: abundantes soldados.
En cuanto a la defensa de Santa Lucía, así como su control territorial, eran unas necesidades inmediatas en el siglo XIX. En el crecimiento exponencial de la ciudad de Cartagena desde hacía siglos (sin mencionar la crisis de inicios del siglo XIX) se habían construido barrios y zonas residenciales fuera de la estructura de defensa, en especial fuera de los muros.
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Vista de Cartagena desde el San Julián, donde destacamos la proximidad de Santa Lucía. Original de Peñalver, A (sin fecha). https://www.pinterest.cl/pin/460141286919157791/?lp=true |
Santa Lucía creció desde el siglo XVII, pero de forma limitada. A mediados del siglo XIX el barrio se convirtió en una zona de importante poder y prestigio, símbolo de esto su experiencia fallida como municipio propio entre 1842-1843. En la actualidad quedan registros arqueológicos en forma de viviendas de aquel siglo, que nos demuestran el poder económico de muchos habitantes del barrio. Es natural que este hecho impulsara junto con las demás necesidades la construcción de la fortaleza. Un camino que conecta directamente el barrio con la fortaleza demuestra también esta necesidad de defensa.
Esta misma situación comentada, un siglo antes hubiese supuesto la ampliación de la muralla -como se procedió entre 1771 y 1786. Pero en pleno siglo XIX esta construcción defensiva había quedado totalmente desfasada y testigo de la historia. Es muy probable además que muchas casas del propio barrio de Santa Lucía se construyeran con materiales robados a la muralla, como nos cuentan fuentes orales de la ciudad.
Por otro lado, el apoyo a las baterías costeras del margen oriental fue siempre uno de los objetivos más deseados por los defensores de la construcción de la fortaleza. Los soldados apostados en la cima del monte podrían acudir rápidamente al socorro de las baterías existentes en las posiciones inferiores. Esta misión recorrería el camino antiguo por la ladera Oeste del monte y que conecta con Trincabotijas. Camino que además fue construido para el paso de vehículos ligeros y caballería para tal fin.
El apoyo artillero también es importante en este caso. Ya hemos visto en un artículo anterior que la batería de la fortaleza acabó teniendo un número importante de cañones, si bien no todos los que se proyectaron en un inicio. Es difícil pensar en un apoyo efectivo al ataque de buques enemigos situados en aguas profundas, aunque el desarrollo artillero del siglo XIX lo haría posible. Pero es más fácil pensar en un apoyo artillero desde el San Julián a las posibles batallas de tierra. Me imagino el fuerte de Santa Ana asaltado por tropas británicas bajo el fuego de los cañones del San Julián. Una imagen que por suerte no hemos podido ver.
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Plano de Cartagena y sus defensas costeras en el siglo XX. En naranja la localización del San Julián en la parte superior central. Original de Aforca. Autor desconocido. http://www.aforca.org/siglo_xx.htm |
Por último, el importante el papel del San Julián en los planes de reforzamiento de las defensas de Cartagena lo hemos podido comprobar en el resto de puntos. La fortificación del San Julián era una necesidad desde todas las perspectivas en el siglo XIX e incluso podría decir que antes. Mantener los combates fuera del área urbana era uno de las principales tareas de la fortaleza en este sentido.
Esta construcción sigue el inevitable desarrollo histórico de los planes defensivos de la plaza fuerte, dotada de un arsenal y siendo base permanente de la flota mediterránea desde el siglo XVII: reforzar cada vez más la defensa, cubriendo los puntos débiles y reforzando los ya cubiertos constantemente. Una línea histórica quebrada tras la Segunda Guerra Mundial, con el comienzo del desmantelamiento de algunos elementos de la defensa.
Con todos los datos aportados podemos concluir en que el castillo de San Julián era de una utilidad de importante orden. No obstante, esta utilidad estaba quedando desfasada incluso antes de construirse, debido al imparable avance de la tecnología y estrategia militar.
Imágenes:
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