miércoles, 27 de noviembre de 2019

Historias del San Julián: primera mitad del siglo XIX.



Infografía de autoría propia.

Imagen 1. Vista del mar desde la cima del monte San Julián.
A la izquierda, el puerto moderno de Escombreras.
Pese a ser un castillo tan tardío como hemos podido ver, el San Julián, o el emplazamiento de este, ha tenido una vida llena de acontecimientos de relevancia. Al igual que con el tema sobre la construcción de la fortaleza, considero demasiado largo para un sólo artículo tratar todos estos hitos históricos, así que los he dividido en varias entregas. Esta primera hablará de los acontecimientos acaecidos desde inicios del siglo XIX hasta el asedio de Cartagena de 1844 tras la rebelión progresista de ese año. Hay que aclarar que comenzamos ya en el siglo XIX debido a que desde estos años hacia atrás, su posición es prácticamente irrelevante en los hechos históricos.

Como ya sabemos, en los primeros años del siglo, la cumbre del monte San Julián no era la poderosa fortificación abaluartada que es hoy día. Las preocupaciones militares estaban hasta estos años en otros temas y la ubicación se hallaba es un estado entre el abandono y cierta necesidad de mantener un puesto armado y ocupado por soldados. Así, siempre existiría algún tipo de fortificación en la zona.

Imagen 2. Control territorial sobre el Este de la ciudad y el
Campo de Cartagena. 
Nos cuenta Guimaraens que la posición fue desartillada en junio de 1808, un mes después de la invasión francesa de España, ante el miedo a que esta -con su potencia artillera- cayera a manos enemigas debido a la falta de soldados que pudiesen defenderlo in situ. Cartagena estaba en estado de alerta debido a las derrotas militares contra la Grande Armée y todas las fuentes consultadas hablan de un gran esfuerzo por perfeccionar las defensas terrestres de la ciudad. En los informes militares de estos años podemos ver como las preocupaciones sobre el San Julián que ya tenían recorrido de décadas, se afianzaron. Las fuerzas francesas y afrancesadas nunca llegaron a atacar la ciudad, por lo que no se pudo poner a prueba estas defensas. Pocos años después, acercándose el final de la guerra, la posición debió ser artillada de nuevo, tras la intervención británica que sabemos que tuvo lugar hacia 1812 y en la que muy posiblemente se construyera la torre circular que hoy día se conserva dentro de la estructura de la fortificación.

Tras el fin de la guerra en 1814 hubo unos años tranquilos. Sabemos que Cartagena entró en declive y durante los siguientes años no tuvo una historia demasiado agitada, exceptuando las acciones militares del Trienio Liberal de 1820-1823, y especialmente la invasión de los Cien Mil Hijos de San 
Luis, que pone punto final a la experiencia reformista. Cartagena fue la última ciudad en caer ante las tropas francesas. Y aunque esto no fue determinante, las acciones ofensivas sobre Cartagena valieron para reforzar aún más las tesis de la necesidad de construir una fortificación poderosa en la cima del San Julián. 


Imagen 3. Vistas de la bahía.

Hay que dejar pasar casi dos décadas de historia más para ver otro acontecimiento relevante acaecido en el San Julián. Hablamos de la rebelión cartagenera iniciada el 1 de febrero de 1844. Egea Bruno nos recuerda el estado de sería crisis de la ciudad a lo largo de esta mitad del siglo XIX y que provoca un caldo de cultivo para un cíclico estallido social. De hecho, tan sólo un año antes había acontecido otra insurrección de la ciudad. El pronunciamiento iniciado por un sector del ejército destinado en la ciudad -y que siguió al levantamiento de Alicante tes días antes- fue prontamente seguido por el resto de soldados y las clases bajas de la ciudad, arruinadas. A continuación siguió un movimiento descabezado y que avanzaba sobre la marcha, esperando la respuesta gubernamental. 

La situación generalizada de rebelión militar fue contenida con éxito por el gobierno moderado. El 4 de marzo del mismo año, los sitiadores de Cartagena, que dominaban el teatro de operaciones manteniendo en jaque a Alicante y bloqueado el puerto murciano, se disponían a iniciar un avance militar por el frente de Escombreras. Ese día comenzó el primer gran enfrentamiento militar alrededor del monte San Julián, del cuál ya hemos explicado en artículos anteriores su importancia estratégica en los frentes de Escombreras-Santa Lucía.  Las tropas sitiadoras avanzaron por el valle de Escombreras obligando a los insurrectos a retirarse hasta el monte San Julián. Allí intentaron realizar una última defensa del frente de Escombreras aprovechando las buenas condiciones de defensa que ofrecía según cuenta el general a cargo de la ofensiva, De La Concha, citado por Rubio Paredes. 



Imagen 4. El puerto de Escombreras desde la batería del General Ordóñez.

Los defensores, al mando del general Ruíz Martínez decidieron tras los acontecimientos artillar la cumbre del monte con una Colisa -cañón montado sobre una plataforma que gira- para poder prestar apoyo artillero a la defensa en los alrededores del enclave. Es muy probable, aunque no se sabe con certeza, que el intento de instalación del arma en las alturas de aquél monte provocara un enfrentamiento militar entre sitiadores -que no podían permitir ni la rotura del cerco militar ni mucho menos la instalación de una "batería" que amenazara sus posiciones en Escombreras- y sitiados, cuya llegada e instalación de la Colisa supondría a buen seguro un golpe de moral al conseguir una victoria táctica de relevancia. 



Imagen 5. Vista del frente montañoso que protege San Julián
de ataques desde tierra. 
Personalmente opino que este enfrentamiento debió ocurrir, debido a que es poco probable que los sitiadores abandonaran tan importante posición, que debía ser reconquistada por los defensores por necesidades obvias de la defensa de la plaza. También podría darse el caso de quedar la ubicación en tierra de nadie, y ante la venida de las tropas alzadas, los gubernamentales decidieran intentar evitar la operación. En cualquier caso, los sitiados consiguieron su objetivo de artillar la cumbre, causando una severa derrota táctica a los sitiadores y facilitando la defensa de la ciudad. Pero esto no fue suficiente para impedir la caída de esta.

Hay que destacar que por estos años, pese a no estar aún construido el definitivo castillo, las fuentes primarias hablan del "Castillo de San Julián", cuando en principio no debería existir nada en esa localización más allá de la torre circular inglesa y una pequeña disposición de armas y fortificaciones puntuales de campaña. Por ejemplo, en 1845 el coronel jefe de Ingenieros de Cartagena, citado por Iniesta SanMartín y Martínez López, habla de la cumbre del San Julián dejando ver que existía alguna fortificación:


"...una especie de terraza sencilla, dirigiendo todos sus fuegos a la parte de tierra, con su foso, explanadas y merlones en su parapeto cerrado por la gola con un muro sencillo; se construyó un camino que desde dicho fuerte baja al mar"

Coincido con los autores que analizan este hecho, en que debieron referirse a la torre, pero además creo que la referencia del enclave como castillo no responde sino también a una intención de igualar estratégicamente esta posición con las del castillo de Galeras o el de la Atalaya. También podría ser simple "pereza" de nombrar de forma distinta esta construcción.

Estos años son de grandes cambios militares, tanto en las formas como en el fondo. Los hechos históricos aquí contados no hacen más que reafirmar la necesidad de construir una fortificación en San Julián, dentro de un plan general de reorganización, adaptación, o actualización del estado de la defensa. Si hasta ahora esta posición era poco relevante para el atacante y para el defensor, ahora ambos están descubriendo las capacidades militares que puede ofrecer.

*Actualización: la historia del San Julián continúa en un siguiente artículo sobre la Guerra Cantonal de 1873-1874.


Fuentes:
  • Egea Bruno, P M (1995) Los motines cartageneros de febrero-marzo de 1844. Murgetana. Nº91. Págs: 57-67. 
  • Guillermo Guimaraens Igual (2007). El último hálito de la fortificación abaluartada. El fuerte de San Julián de Cartagena. Universidad de Valencia.
  • Iniesta Sanmartín, A & Martínez López, J. A (coords) (sin fecha) Estudio y catalogación de las defensas de Cartagena y su bahía. Servicio de patrimonio histórico. Págs 127-129, 588-589.
  • Molina Molina, A. L (2008) Cartagena y su término: de la Edad Media al siglo XIX. Estudios sobre desarrollo regional. 
  • Ros McDonnell, D. R & Jiménez Meca M. J. González Avilés, A. B (ed) (2017) El castillo de San Julián de Cartagena. Defensive Architecture of the Mediterranean. XV to XVIII centuries. Vol VI. Págs 199-206.
  • Rubio Paredes, J M (2007) El levantamiento progresista de 1844 en Cartagena. Cartagena Histórica Nº33. https://archivo.cartagena.es/gestion/documentos/19770.pdf
*Todas las imágenes son de producción propia y de uso libre.

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